Nos esforzamos para que aur*ra sea un lugar sano y feliz para trabajar.

Que nos permita hacer lo que amamos y seguir desarrollándonos como profesionales, mientras probamos y desafiamos las teorías repetidas y las frases recitadas por gurús. Estamos siempre atentos a identificar los -sutiles o grandes-cambios de la cultura y de las tendencias, que pueden darle ventaja a sus marcas, productos y servicios.

Aur*ra tiene en cada líder, un dueño y doliente, que trabaja para hacer posible lo propuesto. No hay jefes. No hay burocracia. Aquí somos amigos con talento individual extraordinario y por eso estamos orgullosos de cada integrante del equipo, de su experiencia, sus cualidades, su capacidad de gestión y su potencial para transformar para bien los proyectos. Nos respetamos y nos sentimos afortunados de ser el complemento de los demás. Sin embargo, nuestra fortaleza no está en el alto talento individual, está en la diversidad de pensamiento, la sinergia, interacción y criterio técnico -que junto a los clientes- logramos construir.

En aur*ra no nos definen los cargos. Lo que nos define es la última acción, campaña o desarrollo, el más reciente aporte con alto criterio y el último resultado que generó lo que propusimos.

Nuestros equipos están conformados por gente que ya demostró y probó su alta capacidad, que tiene no sólo la autoridad para los proyectos del día a día, sino una reputación profesional y creativa que debe defender con el siguiente proyecto. Nunca pondremos en juego las marcas/compañías por “ser más rentables” usando equipos de personas con bajo desempeño y poca gestión.

Trabajamos con mezclas ad hoc de talentos en comunicación, marketing, influencia, desarrollo digital y estrategias de negocios. Incluso con talentos en áreas como la tecnología, el arte, la música o las que se requieran para construir soluciones potentes, verdaderas, tangibles y que demuestren claramente su efecto en el mercado.